La idea de dar un paseo por los pueblos de Badajoz, te entusiasma desde hace un tiempo, prepárate esta provincia cuenta con una extensión grande de España, donde se encuentran pueblos encantadores que te invitamos a recorrer durante este invierno.
Siete pueblos de Badajoz para visitar en el invierno
Cada uno tiene espectaculares encantos. Aquí van siete de los más bellos y patrimoniales de Extremadura, que te mostrarán hermosos rincones de esta provincia:
Jeréz de los Caballeros
Si tienes planes de viajar sola a España te recomendamos esta parada en Badajoz. Donde los caballeros de la Orden del Temple la transformaron en una hermsoa capital, se ubica entre encinares y caudalosos ríos.
Este es uno de los pueblos de Badajoz que tiene mucha historia, Jerez es dueña de algunos de los mejores monumentos del barroco extremeño, puedes conseguir calles encogidas, pero cargada de encanto con plazas que conducen monumentos religiosos que son espectaculares como los son; las iglesias de San Bartolomé y Santa María de la Encarnación.
Otros de las reliquias son sus palacios señoriales como la Casa del Sol o las antiguas casas consistoriales de la plaza de España.
Olivenza
Olivenza es un pueblo espectacular y prueba de ello es su interminable número de visitantes que llegan a España en invierno y escogen este como uno de sus destinos. Está al límite de Portugal y España y ha sido objeto de muchos enfrentamientos por sus tierras fundadas desde el siglo XIII.
Tiene un gran patrimonio monumental que apreciar; la Capilla de la Casa de la Misericordia y los Duques de Cadaval, actualmente es el ayuntamiento de la localidad.
Llerena
Llerena es uno de los pueblos de Badajoz que se extienda al sur de esta provincia, encavado a los pies de la Sierra de San Miguel y es muy conocida por su patrimonio monumental y artístico algunos de los más visitados es ‘la pequeña Atenas de Extremadura’ dar un paseo por sus calles y sus encantadoras plazas es un plan perfecto.
Después puede escoger como ruta la iglesia de Nuestra Señora de la Granada un monumento con un estilo gótico mudéjar, recorres unos metros más y llegas a la parroquia de Santiago Apóstol.
El pueblo Llerena llegó a tener siete hospitales, actualmente continúan atendiendo los hospitales San Juan de Dios y el de Santa Catalina. En este poblado presumen que el primer vino en la América colonial fue elaborado por un vecino de Llerena el señor Pedro López de Cazalla, secretario de Francisco Pizarro.
Zafra
Zafra cuenta con unos pobladores muy hospitalarios, está ubicado al sur de Badajoz, muy cerca de Andalucía, en sus tierras está el castillo poderoso conocido como el Alcázar de los Duques de Feria, que fue transformado en un parador de turismo y dos plazas espectaculares; la plaza Grande y la plaza Chica ambas con hermosas estructuras arquitectónicas.
Azuaga
Otros de los pueblos de Badajoz lleno de encanto es Azuaga, pequeño, sin embargo tiene hermosas arquitecturas el castillo de Miramontes que tiene un ancho paisaje de planicies y campiñas y en el interior de la villa se enaltecen los campanarios de las iglesias de Nuestra Señora de la Merced y Nuestra Señora de la Consolación.
Frenegal de la Sierra
Este es otro de los pueblos de Badajoz que tiene historia que conocer una de las que más sorprende es la naturaleza de su encrucijada de caminos, entre la Sierra Morena, al norte de Huelva y a un salto de la región portuguesa del Alentejo. En 1833, con la partición de estas provincias, Fregenal pasó a formar parte de Extremadura.
En este pueblo puedes visitar su castillo templario que oculta la plaza de toros y hasta el mercado de abastos. Así como la iglesia de Santa Catalina que arropa en una de sus capillas la imagen del Cristo del Perdón. Otra de las visitas obligadas es el santuario de la Virgen de los Remedios, que posee una sala con los hijos ilustres nacidos en la localidad.
Medellín
Medellín es el pueblo encantador de Badajoz que se ubica en la margen izquierda del río Guadiana, entre Don Benito y Mérida justo a los pies del castillo se esparcen callejas y plazas presididas por iglesias como la de Santiago, construida en el siglo XIII, o la de San Martín, de la misma época.
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