Desde el comienzo de la pandemia, la sociedad, y especialmente las generaciones más jóvenes, han desarrollado una obsesión por brillar debido a las redes sociales. Plataformas como Instagram, Tik-Tok, Facebook y Snapchat promueven un ambiente tóxico.
El diccionario urbano define glow-up como una transformación mental, física y emocional para mejor. Los Glow Ups pueden ser tanto naturales como planificados. Así como ser graduales y permanentes, o rápidos y temporales.
¿Cómo empezó todo?
La pandemia de Covid afectó a todo el mundo, especialmente porque teníamos que pasar mucho tiempo en casa. Naturalmente, cuando se pasa tanto tiempo solo, aislado, la gente inventa muchas cosas para animarse. La gente está compartiendo ahora fotos del antes y el después de la cuarentena, para mostrar cuánto les ha cambiado esta cuarentena.
Pero este no es un tema nuevo, ya que esta tendencia comenzó con los famosos. Muchos influencers infames de Instagram han tenido cambios notables en su apariencia. Esto llevó a la gente a una creencia errónea, convenciéndola de que las características normales, como la piel pálida, las arrugas, la papada o la nariz torcida son cosas de las que hay que avergonzarse. No es un misterio que una gran categoría de gente famosa se haya sometido a mucha cirugía plástica. No hay nada de qué avergonzarse, pero el verdadero problema es que muchos de ellos no tuvieron el valor de admitirlo. Por desgracia, muchos creen que han nacido así: perfectos.
Es completamente normal querer mejorar el aspecto físico. Cuando la gente se desplaza por Instagram y ve una textura de piel perfecta, sin granos, una barbilla perfecta y una nariz envidiable, tiene la falsa impresión de que algo está mal en nosotros. Muchas personas tienden a creer que esto afecta -en gran medida- sólo a la juventud. Pero, ¿cómo se sentiría una mujer adulta de cuarenta años al ver la piel perfecta de Kris Jenner?
El abuso del Photoshop
En los últimos años, muchas cuentas de Instagram han promovido la belleza natural y han intentado normalizar los defectos. Su principal objetivo es mostrarnos cómo el Photoshop o el Facetune pueden convertir a cualquiera en una persona completamente nueva. Podemos llamarlo un movimiento para aceptarnos tal y como somos. Un ejemplo perfecto es una cuenta de Instagram llamada beauty.false donde los creadores comparan el contenido de Instagram con la vida real.
El problema no son esas bellezas impresionantes, sino la comparación que hacemos en nuestra cabeza. Al instante, al ver un cuerpo o un rostro perfecto, nuestro cerebro nos hace creer que ese es el estándar supremo, y que no somos lo suficientemente buenos. Cuando en realidad, puede que ni siquiera sepamos la historia que hay detrás de esa foto. Quizá esa persona tenga una baja autoestima y esté utilizando el Photoshop para conseguir ese falso estándar de belleza en el que todo el mundo cree.
¿Cómo nos afecta?
Ver todos los días rostros y cuerpos perfectos te hace sentir que algo está mal en ti. Esto está creando una falsa realidad y puede afectar seriamente a nuestra autoestima y salud mental. Sólo entendiendo que se está creando un ambiente tóxico, podemos mejorar nuestra calidad de vida. El cambio está en nuestras manos. Dejando de seguir cuentas tóxicas y no promoviendo su contenido, podemos llegar a unos estándares de belleza normales y dejar de lado la obsesión insana por brillar.
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