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Consejos para estar y sentirse lo mejor posible en el trabajo

Tanto si estás buscando trabajo y comenzando una ronda de entrevistas como si llevas un par de años trabajando en tu empresa, la forma de presentarte puede marcar la diferencia en tu éxito.

No comprometas tu inteligencia y ética de trabajo vistiendo de forma poco profesional. Tu imagen puede influir en tu rendimiento laboral más de lo que crees.

Luzca bien, siéntase bien

Lo que sientes por ti mismo puede tener un gran efecto en tu estado de ánimo y trasladarse a tu trabajo. Tu mente consciente tiene el inmenso poder de ayudarte a dar forma a tu realidad.

Si tienes confianza en ti mismo, te vistes como es debido y percibes que eres capaz de realizar una tarea, aumentas tu capacidad de alcanzar tus objetivos. Verte bien por fuera te hace sentir bien por dentro y puede llevarte a un día productivo y exitoso.

Envía el mensaje correcto

Cuando te vistes de forma profesional, la gente te respeta. La vestimenta de oficina transmite mucho más de lo que pensamos. Pensar y dedicar tiempo a la forma en que te presentas al trabajo demuestra a tus compañeros de trabajo, a tu jefe y a tus clientes que eres serio, capaz y que te importa lo que haces.

Vístete como es debido para ganarte el respeto que mereces y causa siempre una buena primera impresión. Nunca sabes con quién te puedes encontrar en el día a día, así que vestir bien te garantizará estar siempre preparado.

Asegúrate de ir demasiado vestido en lugar de ir mal vestido

La mayoría de las veces, tu aspecto jugará un papel importante en la primera impresión que causes a tu empleador, así que cuando vayas a una entrevista o asistas a tu primer día en un nuevo trabajo, siempre es mejor optar por un aspecto pulido. Si quieres enviar el mensaje correcto a tu entrevistador y/o jefe, tómate el tiempo necesario para entender la cultura corporativa y cuál sería el atuendo más apropiado.

Puedo saber inmediatamente si un candidato se toma en serio el puesto basándome en su vestimenta. Una vez que consigas el trabajo, observa el ambiente de la oficina y fíjate en lo que lleva la gente que te rodea. Si la oficina es más bien informal, no dudes en vestir un poco menos. Sólo tienes que hacerte una idea del ambiente antes de empezar.

Cuida de ti mismo

Ya tienes el atuendo: ahora, asegúrate de tener la higiene que corresponde. La ropa y la higiene van de la mano, y aunque nos gusta decir que lo que cuenta es el interior, la apariencia física es lo primero que la gente nota y recuerda. Un pelo cepillado, un aliento mentolado y un aspecto general cuidado pueden marcar la diferencia cuando se interactúa con un jefe actual o un futuro empleador.

Una buena higiene permite que la gente sepa que te gusta cuidarte, lo que dice algo sobre tu carácter. Aunque nadie piense conscientemente que tienes una buena higiene, definitivamente se darán cuenta si no la tienes.

No te excedas

Mientras sigues estos consejos, es importante recordar dónde estás y cuál es tu objetivo. Piensa en tu propósito cuando te prepares por la mañana. Aunque tu aspecto puede ayudarte a transmitir lo profesional, dedicado, productivo y trabajador que eres, pasarte de la raya puede entorpecerlo. Vestirse con algo demasiado llamativo, inapropiado o muy diferente a lo habitual en tu oficina puede crear impresiones negativas y enviar el mensaje contrario a lo que intentas transmitir.

Cada día en el trabajo, procure tener el aspecto que le gustaría que le recordaran. Dedicar tiempo a tener un aspecto profesional merece unos minutos más por la mañana, y tu carrera podría beneficiarse de ese esfuerzo adicional. Cuando se está pulido, lo único que se necesita es la confianza en sí mismo. La mayoría de las veces, esto viene de la mano de la reflexión que haces sobre tu aspecto.

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